Por: Andrés Rodríguez
El pasado 16 y 17 de octubre, Agencia Social tuvo el honor de participar en el World Food Forum (WFF), realizado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma. Este encuentro reunió a jóvenes líderes, organizaciones sociales, gobiernos, científicos y comunidades campesinas de todo el mundo con un propósito común: construir soluciones reales para acabar con el hambre y proteger nuestro planeta.
El foro fue un espacio profundamente inspirador. En él participaron el Papa Francisco, quien con su habitual claridad nos recordó que “el hambre no es un problema técnico, sino un problema de justicia”, y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien hizo un llamado a que los Estados reconozcan la soberanía alimentaria como un derecho de los pueblos y a fortalecer la agricultura familiar como base de la justicia social y climática.
En ese escenario global, tuvimos la oportunidad de presentar nuestro proyecto “Cosechando Causas”, una iniciativa que refleja el corazón solidario del campo colombiano. A través de esta propuesta, acompañamos a comunidades campesinas en la siembra y cosecha de lechugas, que luego son entregadas a familias, niñas y niños del ICBF, adultos mayores y colegios públicos. Esta cadena de cuidado no solo garantiza alimento fresco y saludable, sino que también promueve una cultura de solidaridad, dignidad y soberanía alimentaria.
Más allá de la producción agrícola, “Cosechando Causas” es un movimiento de amor y compromiso colectivo. Cada semilla sembrada representa una historia de vida, de resistencia y de esperanza. En los rostros de quienes siembran y en las sonrisas de quienes reciben los alimentos, reconocemos que la verdadera riqueza de un país está en su gente y en la tierra que los une.
Durante nuestra participación en el WFF, aprendimos sobre innovaciones en análisis de datos, monitoreo de suelos y sistemas de información agrícola que pueden fortalecer proyectos comunitarios como el nuestro. Comprendimos que la tecnología, cuando se pone al servicio de la gente, puede ser una aliada poderosa para cuidar la tierra, mejorar la productividad y reducir las brechas entre lo rural y lo urbano.
Pero más allá de los datos, el aprendizaje más profundo fue entender que el suelo no es solo un recurso: es un derecho, es identidad y es paz. Cuidarlo es también cuidar la memoria, la cultura y el futuro de nuestras comunidades. En cada metro cuadrado de tierra fértil hay una oportunidad de reconciliación, de justicia y de construcción de país.
Escuchar a jóvenes de África, Asia, Europa y América Latina compartir sus luchas y esperanzas nos recordó que la crisis alimentaria global no se soluciona con discursos, sino con acciones concretas y con voluntad de cambio. En Roma comprendimos que el hambre, la desigualdad y el deterioro ambiental están conectados, y que enfrentarlos exige unidad, empatía y cooperación internacional.
Por eso, desde Agencia Social reafirmamos nuestro compromiso de seguir sembrando causas y cosechando esperanza, trabajando de la mano con campesinos, instituciones, empresas y comunidades educativas para transformar los sistemas alimentarios desde lo local, con una visión humana y sostenible.
