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Masomah Ali Zada: cómo aplico mi experiencia como refugiada para mejorar la salud mental de los atletas

Masomah Ali Zada, miembro de la Comisión de Atletas del COI y ciclista del equipo olímpico de refugiados, reflexiona sobre sus experiencias con la salud mental, su nuevo cargo como embajadora de salud mental del COI y lo que espera lograr en este papel. Masomah Ali Zada ha superado más desafíos que la mayoría de los atletas para convertir su sueño olímpico en realidad.

Hostigada desde que practicaba ciclismo en Afganistán, se vio obligada a huir de su país en 2017 tras recibir amenazas constantes y solicitó asilo en Francia.

Pero Masomah siguió alimentando su pasión y logró clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, donde compitió en la contrarreloj femenina representando al equipo olímpico de refugiados.

Desde entonces, Masomah fue nombrada miembro de la Comisión de Atletas del COI en 2022 y ha sido jefa de misión del equipo olímpico de refugiados en Paris 2024.

Ahora asume el cargo de embajadora de la salud mental del COI, ofreciendo su perspectiva sobre los programas de apoyo para atletas que afrontan desafíos relacionados con esta.

Nos hemos reunido con Masomah para hablar de su nuevo puesto y el impacto que espera causar.

Estoy muy contenta de que me hayan seleccionado como embajadora de la salud mental del COI. Sé lo importante que es cuidar de tu salud mental como atleta.

Igual que el entrenamiento físico es importante, la buena salud mental es algo fundamental.

Hablar es una señal de fortaleza

En Tokio, tenía miedo de hablar con la gente sobre mi salud mental, porque pensaba que era una señal de debilidad.

Pensaba que la gente me juzgaría y que era la única atleta del equipo olímpico de refugiados que sufría este problema.

Después de los Juegos, me enteré de que había otras personas que lo habían pasado mal, pero ninguno tuvimos el valor de hablar de ello.

Hablar sobre la salud mental no es una señal de debilidad, sino de fortaleza. Nunca resolveremos nuestros problemas si no los hablamos.

Los desafíos a los que nos enfrentamos como atletas refugiados

Todos los atletas se enfrentan a desafíos antes de los Juegos Olímpicos, pero los atletas refugiados afrontamos, además, dificultades adicionales que pueden afectar a nuestra salud mental.

Por ejemplo, otros atletas pueden contar con federaciones que gestionan las solicitudes de su documentación de viaje para las competiciones, pero nosotros no. Tenemos que gestionarlo por nuestra cuenta y, debido a que somos refugiados, solicitar visados puede ser muy complicado.

A veces, no podemos viajar para ir a las competiciones, incluyendo los campeonatos mundiales. Si no podemos participar, perdemos la esperanza, especialmente, porque estas competiciones nos preparan para los Juegos.

Tampoco nos acompaña ni nuestra familia ni nuestros amigos, porque nos han obligado a abandonar nuestros países. En algunos casos, de hecho, no hemos podido ver a nuestras familias en años y es muy duro.

Económicamente, no contamos con patrocinadores, por lo que debemos trabajar mientras entrenamos o estudiar para prepararnos para una futura carrera profesional. Algunos tienen que pensar en sus familias, que estar sufriendo problemas económicos graves.

Tenemos muchos aspectos que gestionar.

Olvídate de la vergüenza y pide ayuda

A mí, gestionar mi vida con la anticipación adecuada me ayuda a mantener la salud mental. Hago planes de mis días, incluyendo mis periodos de descanso y mis comidas.

También pido ayuda cuando la necesito. Cuando estudiaba, no quería pedir ayuda a mis compañeros.

Pero después me dije: «Olvídate de la vergüenza, puedes pedir ayuda a los demás». Esa decisión cambió mi vida.

Si tengo un problema y no puedo solucionarlo sola, pido consejo a mi familia y a mis entrenadores

Desmontando tabús

Quiero normalizar el hecho de hablar sobre la salud mental. En mi experiencia, no tuve el valor suficiente para hacerlo, porque me daba miedo que me juzgaran.

Los Juegos Olímpicos nos son una competición normal. Son el evento deportivo más importante del mundo.

Es totalmente normal sentir nervios o estrés. Pero hablando y pidiendo consejo, podemos ayudarnos a encontrar soluciones.

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